divendres, 3 de desembre del 2010

... lo que de ti he aprendido, lo que tú me has enseñado...


El primer día de colegio la maestra me preguntó, sorprendida, quién me había enseñado los colores. Fuiste tú. No lo recuerdo, lo sé porque me lo has explicado, como tantas y tantas cosas.

Me has enseñado a andar, a hablar, a caerme y levantarme; a montar en bicicleta; me has enseñado a ser crítica, a opinar, a pensar por mí misma; me has enseñado lo que es bueno y lo que es malo, sin palabras, con tu gran ejemplo.

Me has enseñado a valorar la palabra, la justicia, la honestidad, la solidaridad y la lucha; me has enseñado que nadie es más que nadie, aunque se empeñen en decir lo contrario; me has enseñado a valorar el saber, has fomentado siempre mis ganas de aprender. Recuerdo que me decías: "ya verás lo bonito que es saber leer, ver cosas escritas y saber lo que dicen!"; o "no te dejes convencer, no estudies para encontrar trabajo, estudia siempre para saber, saber y saber más, para enriquecerte como persona; aunque trabajes barriendo calles, que es tan digno como cualquier otra cosa, lo que sabes no te lo quita nadie".

Me has educado para vivir la vida dignamente, siendo humilde pero sin dejarme doblegar, ni domesticar, ni humillar por nada ni nadie. Me has enseñado a ser firme a mis ideas, siempre, y a respetar para poder exigir ser respetada. Ningún derecho sin deber, dices siempre.

Recuerdo que en el instituto vi la película "Tierra y libertad"; esa tarde, en el comedor, me oíste canturrear la Internacional. Con brillo en los ojos me preguntaste "¿qué cantas?", "una canción que cantaban los republicanos en la película Tierra y Libertad"; desapareciste y, en un minuto, me pusiste sobre la mesa el Manifiesto Comunista, Reforma o Revolución y Qué hacer. Nunca me adoctrinaste, jamás me dijiste qué tenía que creer o pensar; esperaste, pacientemente, a que la idea se creara en mí para, entonces sí, ayudarme a darle forma.

Recuerdo cuando te pregunté si Dios existía. Tu respuesta: "hay gente que cree que sí, y gente que cree que no", "¿tú crees que existe Dios?", "yo no". Para mí fue suficiente tu palabra. No me obligaste a creer lo mismo que tú, me invitaste a hacerlo, con tu ejemplo y tus ideas.

Nunca, jamás, me has negado ninguna respuesta; como dice una canción de El Último de la Fila "espero siempre una respuesta para sentirme querido, como los niños chicos". Una vez me dijiste que preguntar denota interés, curiosidad y ganas de aprender, que podía y debía preguntártelo todo, y así lo hice y lo sigo haciendo. Gracias por hacerme sentir tan querida, respondiendo siempre a todo, lo mejor que sabías, por difícil que fuera. Gracias por ser mi confidente, mi amigo.
Siempre me has dicho que no querías ser mi amigo; "el padre te toca, los amigos se escogen, no puedo pretender ser tu amigo, pero sí una persona en la que poder confiar, ante cualquier problema, cualquier problema"; siento decirte que, sin querer, eres amigo, el mejor.

Cuántas veces me preguntas cosas, a modo de examen. Cuando sé la respuesta, y te la digo satisfecha, me dices "¿quién te lo ha dicho?", "tú". Siempre has sido tú.
Llego a comer a casa, y vas corriendo a buscar los recortes de períodico que has guardado para enseñarme algo que sabes que me va a interesar. Te digo que tengo que escribir un artículo, sobre lo que sea, y mueves cielo y tierra para ayudarme, para darme ideas. Lees lo que escribo y corriges, y aportas, y comentas y debates conmigo, sobre todo.

Miles y miles de gracias por ser justo, digno y noble; siento muchísimo tu frustración por no haber tenido la oportunidad de estudiar, pero debes saber que eres la persona más sabia que conozco, pese a no existir un maldito título que lo demuestre. Sigo pensando, como cuando era pequeña, que mi papa es el hombre que más sabe de todas las cosas en este mundo.
Gracias por ser el maestro que mi inquietud necesita; gracias por enseñarme todo lo que sabes, por confiar y apostar siempre por mí. Gracias por todo el legado que me dejas, por todo lo que me has enseñado y por todo lo que, con tu simple presencia, de ti he aprendido.

Lo que soy te lo debo, indudablemente. Espero hacerte sentir orgulloso :)

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