dimecres, 20 d’abril del 2011
dimarts, 19 d’abril del 2011
A mis camaradas y amig@s :)
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla,
que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer
y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones,
la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma,
pero que no pierde de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos,
produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores se esfuerza genuínamente para no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente;
a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados.
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea,
ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.
Mario Benedetti
diumenge, 17 d’abril del 2011
In every street in my country the voice of freedom is calling...
I'm writing a new life with my blood!
divendres, 15 d’abril del 2011
divendres, 8 d’abril del 2011
Leyendas... "La Pareja"
Cuenta una vieja leyenda de los Índios Sioux que, una vez, hasta la tienda del viejo brujo de la tribu llegaron, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos -empezó el joven.
- Y nos vamos a casar -dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo.
- Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán.
- Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos.
- Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor -repitieron- ¿Hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo… - dijo el viejo después de una larga pausa- pero no sé… es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa -dijeron los dos.
- Lo que sea -ratificó Toro Bravo.
- Bien, -dijo el brujo- Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y, sin más armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
- Y tú, Toro Bravo, -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues a la cima, encontrar la más brava de todas las águilas y, sólo con tus manos y una red deberás atraparla sin herirla y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta… Salid ahora.
Los jóvenes se miraron con ternura y, después de una fugaz sonrisa, salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur…
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.
- Volaban alto? - preguntó el brujo.
- Sí, como lo pediste… ¿y ahora? -preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No -dijo el viejo.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne - propuso la joven.
- No -repitió el viejo-. Hagan lo que les digo. Tomen las aves y atadlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Luego soltadlas y dejad que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron a los pájaros.
El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el suelo. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
- Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Sois como un águila y un halcón; si os atÁis el uno al otro, aunque lo hagÁis por amor, no sólo viviréis a rastras sino que, además, tarde o temprano empezaréis a lastimaros el uno al otro. Si queréis que el amor entre vosotros perdure, “volad juntos pero jamás atados”.
dijous, 7 d’abril del 2011
Escúchame...
Escúchame: te quiero decir que no temas ni tiembles….
Yo no lo hago… tú me tranquilizas, posees la intriga de mis sentimientos, eres dueño de mi deseo...
Me tientas, me paralizas, me tienes...
Ahora puedo oirte, puedo sentir tu silencio.
Me hielas, me derrites…
Sabes a deseo, hueles a pasión...
Me confundes, me despiertas.
Yo no tengo miedo; ahora, contigo, NO.
Yo no lo hago… tú me tranquilizas, posees la intriga de mis sentimientos, eres dueño de mi deseo...
Me tientas, me paralizas, me tienes...
Ahora puedo oirte, puedo sentir tu silencio.
Me hielas, me derrites…
Sabes a deseo, hueles a pasión...
Me confundes, me despiertas.
Yo no tengo miedo; ahora, contigo, NO.
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